El concepto de escuela segura, a la luz de los acontecimientos que
se están viviendo en nuestro país, adquiere una enorme relevancia y se
convierte en una prioridad.
La población infantil siempre será la más vulnerable en un ambiente de inseguridad y violencia. No está por demás recordar el artículo 2º de la Declaración Universal de los Derechos del Niño que dice:
“El niño gozará de
una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado
todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse
física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal,
así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este
fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior
del niño”.
Es una responsabilidad social garantizar que la escuela
pueda proporcionarle al niño un ambiente de seguridad y condiciones adecuadas
para que se respeten sus derechos como niños y
como personas. Sin embargo, el espacio de seguridad no se remite a la institución
escolar. De nada sirve una escuela segura si el entorno donde
se ubica es inseguro y riesgoso para ellos. Y un entorno es seguro cuando
ofrece garantías de seguridad frente a las amenazas o por lo
menos es capaz de gestionarlas.
El problema surge cuando los acontecimientos que anteriormente se consideraban riesgos excepcionales, ahora forman parte de una “normalidad” y es esa normalidad lo que se ha vuelvo excepcional.
La Organización de la Naciones Unidas (ONU) Incorpora el concepto
de Seguridad Humana desde 1994 y acuerda que existen ocho amenazas a esta
seguridad:
1. Económica (pobreza y desempleo)
2. Alimentaria (hambre, hambruna)
3. Sanitaria (enfermedades, alimentos no seguros,
desnutrición, falta de acceso a cuidados sanitarios básicos)
4. Ambiental (degradación medioambiental, agotamiento
de recursos, desastres naturales, contaminación)
5. Personal (violencia física, delitos, terrorismo,
violencia doméstica, mano de obra infantil)
6. De género
7. Comunitaria (tensiones étnicas, religiosas) y
8. Política (represión policial, abusos de los derechos
humanos)
Estas ocho dimensiones conforman un sistema en el que todos los elementos son interdependientes y si alguno se deteriora, afecta al resto.
Es de destacarse que en México, la Secretaría de Educación Pública (SEP)
pusiera en marcha el Programa Nacional Escuela Segura (PES) cuyas reglas
de operación se encuentran en el Acuerdo 476, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 15 de enero de 2008..
El Programa tiene como objetivo, contribuir a mejorar la calidad
educativa que se ofrece a los alumnos de las escuelas públicas de
educación básica mediante la gestión de ambientes escolares seguros y
consolidarlas como espacios libres de violencia, delincuencia y consumo de
sustancias adictivas; es decir, espacios propios para la formación
integral de los alumnos. Las escuelas deben promover también medidas
de seguridad preventivas y estrategias para la paz y la no violencia y
adherirse al Programa mediante una "Carta Compromiso”.
También establece una serie de lineamientos, entre los que
se pueden destacar: Gestionar la seguridad escolar y protección de riesgos
potenciales en el ambiente, en coordinación con las autoridades municipales,
estatales, federales y organizaciones de la sociedad civil.
La participación de maestros, padres de familia y
alumnos en la prevención del riesgo escolar. El desarrollar una
serie de competencias para la convivencia democrática y el pleno ejercicio de
los derechos humanos. El impulsar una cultura preventiva y de
autocuidado de la salud, contra las adicciones, delincuencia y violencia. Estimular la
negociación y el diálogo para resolver conflictos, la toma de decisiones y el
desarrollo de un plan de vida, identificado con el mejoramiento de la
convivencia social y sobre todo, orientar, monitorear y
evaluar todas estas experiencias.
Es un Programa que contempla todas las instancias que
se relacionan con el niño: hogar, escuela, comunidad, autoridades educativas,
municipales, estatales y federales. Considera la prevención y
el autocuidado como una de sus principales estrategias; valora
el diálogo y la negociación para resolver conflictos y sobre
todo involucra a la sociedad en las diferentes actividades con las que se pueda
obtener el éxito del programa y con ello devolver la seguridad a las escuelas y
a la comunidad. Lograrlo será también devolverles la esperanza y el
futuro a los niños.
“Siempre hay un
momento en la infancia en el que se abre una puerta y deja entrar al futuro”.
(Graham Greene). Petra Llamas
Twitter: @PetraLlamas
Correo:petrallamasgarcia@gmail.com
Youtube: https://www.youtube.com/c/ReflexionesdelaMaestraPetraLlamas/videos
NOTA: No sé si siga en vigor este Acuerdo, pero sí sé que es más necesario que nunca.
Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 26 de agosto del 2011.
1 Comentarios
Lo he leído entero y tengo que decir que me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Buen trabajo!.
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Gracias por tus comentarios