"La mayoría de las personas equiparan la disciplina a la ausencia de libertad (…) En realidad ocurre
todo lo contrario. Sólo las personas disciplinadas son realmente libres. Las indisciplinadas son esclavas de
los cambios de humor, de los apetitos y las pasiones”. Stephen Covey
Últimamente, la creciente indisciplina de los alumnos es una de las quejas más
frecuentes de los maestros, sin
embargo pocos son los que se atreven a utilizar la palabra “disciplina”
porque temen ser considerados retrógrados y autoritarios.
La verdad es que el término
siempre se ha asociado a castigo o represión, así que
es tiempo de que le perdamos el miedo
a la palabra, recuperemos su
verdadero significado y sobre todo
empecemos a implementarla de manera correcta por el bien de los alumnos y de un aprendizaje
eficiente.
Disciplina deriva de la palabra discípulo, que a su vez
proviene del latín discere, que significa aprender.
Por su parte, estudiante deriva del latín studere,
que significa esfuerzo; de manera que, cuando hablamos de disciplina en su más pura expresión,
estaríamos aludiendo al esfuerzo que hace el estudiante por aprender.
Sin embargo discípulo y disciplina
tienen una relación poco afortunada ya que antiguamente los castigos eran la manera en que el maestro controlaba a sus alumnos, con lo que el término se
volvió negativo, perdiendo su
verdadera esencia.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) lo define como:
“doctrina o instrucción de una persona especialmente en el ámbito de lo
moral”
La realidad es que la disciplina escolar se ha convertido en un tema que preocupa a maestros
y padres de familia
y que tiene una enorme importancia desde el punto de vista social. Vivimos tiempos de extrema violencia, misma que los medios
de comunicación se empeñan en difundir y replicar de manera ficticia en distintos programas a lo
largo del día y de la noche, como si no tuviéramos bastante con la que se vive
en la realidad.
Esta misma violencia se manifiesta fuera y dentro de
los planteles escolares, dando la impresión de que es la única manera de resolver los problemas. De poco sirven
la gran variedad de proyectos
sobre educación para la paz
y resolución de conflictos, o los programas de educación para la ciudadanía,
la democracia y para los derechos
humanos, ya que es tan fuerte la influencia del ambiente que está
impactando seriamente en el quehacer del aula.
Además de lo anterior, existen maestros
que aún tienen el concepto de que disciplinar
es reprimir, así que dejan hacer a sus
alumnos, convirtiendo su salón en un espacio sin ley, ni orden y poco propicio para el aprendizaje. También existen padres de familia que solapan la mala
actuación de sus hijos y que no
permiten que reciban ninguna sanción, aunque se trate de la consecuencia lógica a un acto
reprobable.
Por si fuera poco, hay alumnos
que, ante el menor asomo de exigencia,
amenazan a los maestros con
denunciarlos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Por lo que, ante esta distorsión de ideas y conceptos, las consecuencias saltan a la vista y no nos queda más remedio que
reconocer que está faltando la disciplina, pero en su auténtica
acepción.
Hay que empezar por entender que en cualquier lugar donde exista un grupo de
personas que conviven, trabajan o estudian,
se necesitarán una serie de normas que disciplinen el comportamiento para
lograr el orden social.
Esto en la escuela es doblemente importante porque son personas en formación, por
tanto los límites se convierten en
valiosas herramientas para asegurar
ese orden y también el respeto a
maestros, compañeros y autoridades escolares.
Los límites, tanto en la escuela como en la casa,
proporcionan una gran seguridad a los niños, ya que con ellos saben lo que pueden o no hacer y las consecuencias de
no cumplirlos. Los padres necesitan
unir esfuerzos con
los maestros y no actuar en casa con un código de
conducta diferente al
que se aplica en la escuela,
cediendo a los caprichos de
sus hijos y desautorizando a
los maestros.
"Así como uno
debe honrar y temer a su padre, también está obligado a honrar a su maestro,
incluso más que al propio padre. Porque si bien éste lo ha traído al mundo, al
enseñarle es el maestro el que lo introduce al mundo por venir". Maimónides (filósofo
cordobés del siglo XII)
Sin embargo, a pesar de esta exaltación del maestro, hay que señalar que en algunas ocasiones el docente también es responsable de la
falta de disciplina en el aula,
cuando se niega a exigirles temiendo perder el apelativo de “buena
onda” o cuando no planifica
sus actividades y no prepara las clases o cuando no tiene ninguna metodología que le ayude a organizar su trabajo en el aula. Todo eso lo captan los alumnos
y tienden a cooperar con el desorden y la falta de disciplina del maestro, haciendo
más grande el caos.
La disciplina escolar bien entendida es la que contribuye al logro de los objetivos educativos, por tanto empieza
con la construcción de ambientes que
favorecen el aprendizaje;
que contempla también una excelente planeación del trabajo y una organización eficaz;
es también la que desarrolla la fuerza de voluntad y el autodominio del alumno,
entre otros valores; pero sobre todo
es aquella que fomenta el respeto
entre todos porque maneja abiertamente las normas y su consecuencias claras en caso de incumplimiento. Petra Llamas
Publicado en La Jornada de Aguascalientes el viernes 12 de octubre del 2012.
Twitter: @PetraLlamas
Youtube: https://www.youtube.com/channel/UC9aYpMfchINwkzJpozbgE_g/videos
11 Comentarios
Los mismo comento , des - afortunadamente en nuestra nación se esta dando un fenómeno de rebelión de chicos de niños a adolescentes con aprobación de los padres ó lo contrario la mal disciplina aplicada aprobada por los padres en México urge cambiar esto. Enseñando el verdadero valor de la Disciplina como un arte pasión - respeto a uno mismo y a los demás - con el compromiso siempre presente.
ResponderEliminarGracias por tomarte la molestia de leer y comentar este artículo, me gustó mucho tu comentario.
EliminarHace algunos días un buen amigo me comento que el Arte de la Escritura requiere de disciplina. Yo pensaba que era sólo un Don con el que se nacía, pero me cuestioné y pensé que mi concepto de Disciplina estaba errado. Después de leer su artículo me queda más clara y fluida la idea.
ResponderEliminarComo padres y mentores de las futuras generaciones debemos entender y no confundir los conceptos más básicos como este pues estos nos darán las pautas y diferencias en la formación bien dirigida de nuestros hijos, discípulos o educandos
Gracias
Muy bueno su comentario, Faby Arreola. Saludos
EliminarLa disciplina en la gran mayoría de los centros educativos se expone con un reglamento interno escolar de quienes su aplicacion solo debe ser llevado a cabo por los prefectos de las escuelas, lo que origina que no se sientan comprometidos los docentes de asignatura perdiendo todo sentido de educadores.
ResponderEliminarPero la disciplina no pude ser un elemento que este aislado esto debe ser acompañado de orden y seguridad, aspectos relevantes para cumplir con tener espacios educativos sanos.
A esto se incluye que la implementación de manuales de convivencia escolar (que con buenas intenciones) como otros programas tratan de ayudar pero que ni seran funcionales sin la colaboración dd todos los educadores.
Finalmente otro problema en la educacion media superior no existen instrumentos de control y seguimiento de las incidencias o reportes por subsistema, lo que genera que cada escuela mantenga sistemas independientes con faltas de criterios en común.
Su reflexion es profunda y vale la pena revisar ya que se prefiere en muchos casos tener altas matriculas con resultados pésimos en pruebas estandarizadas como planea.
Qué importante es la información que aporta, Profesor Heriberto, muchas gracias. Saludos cordiales
EliminarCómo Usted bien indica, una gran mayoría de compañeros docentes ha olvidado el verdadero concepto de la palabra disciplina, y con el propósito equivocado de estar a la vanguardia han permitido que los alumnos se comporten sin el mínimo indicio de disciplina. Se ha confundido el concepto de libertad con el de libertinaje y se ha permitido que el alumno haga su voluntad sin importar si es correcta o no. Aunado a lo anterior, la mala publicidad y las críticas destructivas de los medios de comunicación a la figura del Maestro, le ha restado autoridad al docente, autoridad que resulta indispensable al momento de ejercer disciplina en el aula. Mientras no se corrija el rumbo en este tema, los valores estarán en 'peligro de exincion', teniendo como resultado una sociedad vacía, sin valores y sin un sentido real de responsabilidad. La disciplina debe ser una forma de vida.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valiosa reflexión, Paty. Saludos cordiales
EliminarExcelente documental ojala se retome por las autoridades del pais, y dejen de darle tanta autoridad a la juventud, que lo único que hacen es desgraciarla, orillandolos a buscar distractores inapropiados.
ResponderEliminarMuchas gracias, Eliot Salvatore, por leer el artículo y comentarlo. Saludos cordiales
Eliminarexcelente articulo, gracias por compartirlo
ResponderEliminarGracias por tus comentarios