El fracaso escolar es el síntoma, no el problema


“En el fracaso escolar,
si habla la pedagogía
suena a error en el hogar,
a problemas en la escuela,
y
en el entorno social;
destrozos en la autoestima,
agresiones al placer
de progresar madurando
en el juego de aprender”.

José Luís González Cáceres


El fracaso escolar, sobre todo en primaria, no es tanto del niño sino de la familia, que no le da un seguimiento a los hijos y también del sistema educativo que aún considera que todos los niños son iguales y aprenden de la misma manera.

Por otro lado, los maestros no suelen estar preparados para detectar problemas de aprendizaje y no todas las escuelas cuentan con un departamento psicopedagógico que apoye al maestro con un diagnóstico oportuno, que le permita diseñar una adaptación curricular o una serie de actividades encaminadas a la superación de esa dificultad, cosa que sí ocurre en los países con los cuales se compara México. 

En esta situación los niños se quedan solos con su problema de aprendizaje y sufren las consecuencias recibiendo en el proceso constantes regaños, humillaciones, castigos y desprecio. 

El fracaso escolar no siempre es causado por una mala actitud del niño, aunque por lo regular se justifica su mal resultado alegando que es flojo, indisciplinado o que no estudia. Sin embargo, la realidad es que existen otros factores que pueden provocarlo y son estos los que deben tratarse antes de pensar en si reprueba o no o si lo envían al siguiente grado con graves lagunas de aprendizaje. 

Normalmente se trata de alumnos que tienen problemas causados por diferentes factores:

  1. Factores físicos: de visión, auditivos o de psicomotricidad, entre otros. 
  2. Factores relacionados con malas bases de conocimientos, como la lecturatrastornos del aprendizaje como el déficit de atención, la hiperactividad, la dislexia, etc.
  3. Factores emocionales, que incluyen baja autoestima, inseguridad, ansiedad, desmotivación o depresión o bien
  4. Factores familia-sociedad, con familias disfuncionales y entornos llenos de violencia, carencias y maltratos. 

Todos estos factores lo hacen vulnerable, convirtiéndolo en el candidato perfecto para la reprobación y la deserción; por tanto la solución está en atenderlos de manera integral y apoyarlos a lo largo de toda su trayectoria escolarevitando a tiempo que fracasen.  

La solución no es emitir Acuerdos Secretariales eliminando la reprobación y dejando que pasen al siguiente nivel sin haber aprendido, buscando en el fondo mejorar los indicadores educativos, porque  con ellos sólo se atienden los síntomas y nunca los problemas. Por tanto, dejar de reprobar niños en primaria y ser tan laxos en secundaria no mejorará nunca la calidad educativa.
Lo ideal es que cualquier decreto esté acompañado de una serie de medidas concretas orientadas a atacar los problemas y que necesariamente pasa por un mejor presupuesto para:
  • Preparar a los docentes en la detección de problemas que interfieren con el aprendizaje de sus alumnos. 
  • Dotar a cada escuela con un departamento psicopedagógico bien equipado. 
  • Tener un buen sistema de diagnóstico y monitoreo que le dé seguimiento a la trayectoria escolar de cada alumno. 
  • Un equipo docente que pueda atender de manera personalizada a los alumnos con problemas.  
  • Aulas con pocos alumnos. 
Un buen programa de comunicación con los padres de familia para que trabajen en estrecha colaboración con la escuela. Entre otros.
Sólo entonces podremos compararnos con países como Finlandia, Noruega, Estados Unidos o Suecia y de paso seguramente los indicadores educativos sí reflejarán una real mejora de la calidad educativa. Petra Llamas 

Artículo modificado y originalmente Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 31 de agosto del 2012. 

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