“Quienes son capaces de renunciar a la libertad a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad”. Benjamín Franklin
El mes de mayo
está lleno de fiestas y muchas de ellas significativas, como el Día del
Trabajo, el de las Madres, el del Maestro; pero es el
día tres en el que coinciden tres celebraciones importantes, que si bien no tienen ninguna conexión
entre ellas, las tres tienen una gran carga simbólica en lo que a
la libertad se refiere.
Será un tres de
mayo cuando localiza la Cruz de Cristo en Jerusalén, Santa Elena, la madre de Constantino I, el emperador romano que, mediante el Edicto de Milán en 313, decretó la libertad para los cristianos que habían sido
perseguidos durante tres siglos, permitiendo el libre ejercicio de su religión.
La historia cuenta que Elena solicitó permiso para ir a Jerusalén a buscar la cruz en la cual murió Cristo y, después de arduas excavaciones, se encontraron tres cruces, pero como no podían saber cuál era la de Cristo, llevaron una mujer agonizante que al tocar la verdadera recuperó inmediatamente su salud. Es por la fecha de este descubrimiento que se celebra la Santa Cruz el tres de mayo.
La historia cuenta que Elena solicitó permiso para ir a Jerusalén a buscar la cruz en la cual murió Cristo y, después de arduas excavaciones, se encontraron tres cruces, pero como no podían saber cuál era la de Cristo, llevaron una mujer agonizante que al tocar la verdadera recuperó inmediatamente su salud. Es por la fecha de este descubrimiento que se celebra la Santa Cruz el tres de mayo.
En México es el día de los trabajadores de la construcción, quienes para festejarlo
colocan en lo alto de la obra una cruz de madera bendecida con anterioridad,
que se adorna con flores y papel china de colores. Se dice que esta tradición fue impulsada por
Fray Pedro de Gante y está relacionada con la formación de gremios en la época
colonial. Si nos fijamos con atención, se pueden ver estas cruces en casi todas
las construcciones de México y muchas de ellas se mantienen aunque ya se
haya terminado la obra.
Otro tres de mayo está representado en un cuadro de Francisco de Goya que
se encuentra en el Museo del Prado, titulado: “Los fusilamientos del tres de
mayo o de la montaña del Príncipe Pío”. Esta obra se enmarca en la invasión francesa
a España en 1808, en la que Napoleón le quita el trono a Carlos IV para dárselo
a su hermano José Bonaparte.
El dos de mayo se decreta la salida de los últimos miembros de la familia real, entre ellos el infante Francisco de Paula que, cuando el pueblo de Madrid se da cuenta, inician un levantamiento. Esa misma noche se desarrolla una terrible persecución contra todos los sublevados, que el mismo Goya reflejó en otra pintura, previa a la de los fusilamientos: “La carga de los mamelucos”. Todos los arrestados fueron fusilados sin juicio previo.
El dos de mayo se decreta la salida de los últimos miembros de la familia real, entre ellos el infante Francisco de Paula que, cuando el pueblo de Madrid se da cuenta, inician un levantamiento. Esa misma noche se desarrolla una terrible persecución contra todos los sublevados, que el mismo Goya reflejó en otra pintura, previa a la de los fusilamientos: “La carga de los mamelucos”. Todos los arrestados fueron fusilados sin juicio previo.
La obra de
Goya representa justamente los fusilamientos de la madrugada del tres de mayo,
en la que una hilera de soldados levanta las armas frente a un grupo de
prisioneros que esperan la muerte. En el suelo yacen algunos y otros más se
tapan los ojos ante el horror de la escena. Es una noche oscura, en la que
resalta uno de los personajes con camisa blanca que alza los brazos en actitud
de rebeldía final.
Eugenio D´Ors escribe en su libro, Tres horas en el Museo del Prado”: ”He aquí al villano que, en la noche de los fusilamientos, se yergue con los dos brazos en alto, la luz del farol en la camisa (…) este madrileño rebelde es, para nosotros, la Revolución (…) ¿Qué vemos, anecdóticamente, en este cuadro? Una ejecución. ¿Qué vemos, ideológicamente? Al contrario, una apoteosis. Un grito triunfal de la libertad”
Eugenio D´Ors escribe en su libro, Tres horas en el Museo del Prado”: ”He aquí al villano que, en la noche de los fusilamientos, se yergue con los dos brazos en alto, la luz del farol en la camisa (…) este madrileño rebelde es, para nosotros, la Revolución (…) ¿Qué vemos, anecdóticamente, en este cuadro? Una ejecución. ¿Qué vemos, ideológicamente? Al contrario, una apoteosis. Un grito triunfal de la libertad”
Por último, será otro tres de mayo pero de 1993 cuando se acuerda celebrar
el “Día Internacional de la Libertad de Prensa". La iniciativa
para promover esta fecha se dio en el marco de la Conferencia General de la
UNESCO y se eligió para conmemorar la Declaración de Windhoek, Namibia (África)
para el "Fomento de una Prensa Africana Independiente y Pluralista". Será un día dedicado a: “Celebrar
los principios fundamentales de la libertad de prensa; Evaluarla; defender los
medios de comunicación de los atentados contra la independencia y rendir
homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su
deber”.
Me agrada mucho
la relación que puede establecerse entre estos tres acontecimientos que se celebran
un tres de mayo. Por un lado, la cruz como símbolo del cristianismo, donde
murió Jesucristo por difundir la Verdad y hablar sin temor contra todo lo que
consideraba injusto, dejándonos un legado de amor y concordia. Por otro lado, el
grito de libertad del personaje central del cuadro de Goya, que fue ahogado por
el fusilamiento del ejército invasor y que representa la fuerza de un pueblo
que no se rinde; y por otro, la determinación de que sea el 3 de mayo el Día
Mundial de la Libertad de Prensa, para recordarnos que se debe poder “hablar
sin riesgo” y que nadie debe matar la expresión libre de nadie.
Cuando en un país las voces se callan con dinero, con amenazas o con la muerte, no existe la democracia, ya que la libertad de expresión es su principal manifestación. Petra Llamas
Cuando en un país las voces se callan con dinero, con amenazas o con la muerte, no existe la democracia, ya que la libertad de expresión es su principal manifestación. Petra Llamas
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Youtube: https://www.youtube.com/c/ReflexionesdelaMaestraPetraLlamas/videos
Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 3 de mayo del 2013.
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