"Amo el canto de cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero más amo a mi hermano, el hombre". Netzahualcóyotl
Este es el poema que más circula
diariamente, aunque casi nadie se fija en él ya que está escrito en una letra tan
pequeña que dificulta enormemente su lectura. Aparece en los billetes de $100
pesos mexicanos, junto a la figura orgullosa y noble de Netzahualcóyotl, Señor de Texcoco
(s. XV). Es un mensaje hermoso, en el que el autor transmite su amor por la
naturaleza en todas sus manifestaciones, pero lo termina con una frases
categórica, priorizando el amor a su hermano el hombre.
Fueron precisamente estas bellas palabras del poeta
Netzahualcóyotl las que vinieron a mi mente a raíz de la cancelación de una
campaña publicitaria en la que el director técnico de la selección nacional
mexicana, Miguel Herrera, aparece con un perico “cachetes amarillos” sobre su
hombro, mientras decía: Tranquilos, tranquilos, es parte del
equipo, no es un simple perico, es el número 24 (…) El perico sabe muchísimo.
Son dos ojos más y una boca para mí (…) además nació verde, es nuestro”. Ante esta sesuda parrafada no
queda más que corroborar la falta de creatividad y la ramplonería de la que en ocasiones hace gala el mundo de la publicidad.
Craso error, las
voces de la sociedad protectora de animales y la gente comprometida con el
medio ambiente y demás defensores de la vida (de los animales) se alzaron en
una sola para protestar contra tamaña violación.
También existen programas que tienen una gran audiencia, en los que los pequeñitos se exhiben con la anuencia de sus propios padres, compartiendo
el escenario con actores famosos que seguramente no querrían mostrar así a sus
propios hijos, pero que se prestan a esta farsa sin inmutarse. Niños a los que
se les están violando flagrantemente sus derechos ante el deleite y la
complacencia de millones de personas.
No sólo los animales tienen leyes que los protegen, también los niños las tienen y en el artículo 32 sobre los Derechos del niño se especifica lo siguiente: 1. “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.
No sólo los animales tienen leyes que los protegen, también los niños las tienen y en el artículo 32 sobre los Derechos del niño se especifica lo siguiente: 1. “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.
Es evidente que no se está cuidando nada de lo que se asienta
en este artículo, pero eso no le importa demasiado a las autoridades o a la
sociedad, porque tal parece que el espectáculo de niños actuando como adultos no
es lo suficientemente degradante como para que la gente se queje y exija que se
retire, ni tampoco lo suficientemente violatorio para que las autoridades apliquen
la ley; sin embargo, la aparición del perico en los hombros de Miguel Herrera
desató tal ola de quejas que no tuvieron más remedio que quitarlo del aire, con
todo y el recordatorio del artículo que se estaba infringiendo.
Siempre he creído que
las personas que aman y protegen a los animales tienen muy buenos sentimientos
y gracias a ellos se han hecho grandes avances en la atención y el cuidado que
se les debe dar. El hecho de que haya organizaciones que velen por ellos
ennoblece aún más a las personas y tal vez el hecho de atenderlos y protegerlos
nos vuelva mucho más humanos. No trato de comparar los derechos de los animales
con los del los niños porque no tienen punto de comparación.
El
punto es que me parece totalmente desproporcionado e injusto que, para el caso
de los animales, como el del perico “cachetes amarillos”, se haga valer la ley
sin que les tiemble el pulso en ello. En cambio, cuando se trata de las
personas, y en el caso concreto de los niños, se violen sus derechos ante la silenciosa
complicidad de la sociedad y de las propias autoridades.
Está bien defender a los animales y hay que seguir haciéndolo, pero que se defienda aún más y con mayor energía a los seres humanos y que nunca lleguemos al extremo de tener mayor conciencia y sensibilidad ante los animales que ante las personas "(…) pero más amo a mi hermano, el hombre" diría Netzahualcóyotl, el señor de Texcoco. Petra Llamas García.
Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 4 de abril del 2014.
Twitter: @PetraLlamas
Mail: petrallamasgarcia@gmail.com
Youtube: https://www.youtube.com/@PetraLlamas/videos
1 Comentarios
WOW!!!! chido!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios