Educar atendiendo los períodos sensitivos


 “Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar, el niño no puede. Ahora es la hora, se están formando sus huesos, se está haciendo su sangre y se están desarrollando sus sentidos. No podemos responderle hasta mañana. Su nombre es hoy”. Gabriela Mistral

Santiago es un niño de tres años, que ya entiende todo lo que le dicen y que empieza a expresarse e interactuar con los demás, pero lo interesante de todo ello es que lo hace en tres idiomas: en español por su mamá, en alemán por su papá y en inglés por el kínder

Su lenguaje es menos fluido que el de los compañeritos que sólo se comunican en una lengua, pero lo importante es que entiende y se hace entender. 

No es que sea un niño superdotado o fuera de lo común, es simplemente que está aprendiendo a hablar tres idiomas en el período sensitivo de la adquisición del lenguaje y ese período abarca desde los doce meses a los cuatro años.

Los períodos sensitivos son etapas de la vida en las que el ser humano puede  realizar determinadas tareas, de manera intuitiva, sin que para ello necesite la intervención de la fuerza de voluntad. Son espacios de tiempo que deben ser aprovechados por padres y educadores, ya que les facilitará la educación de niños y jóvenes, al favorecer determinado aprendizaje en el momento preciso. 

Si Santiago sólo aprendiera el español y dentro de algunos años le enseñaran el inglés y el alemán, los aprendería también, pero ahí ya tendría que intervenir la voluntad, la constancia y el trabajo, además de necesitar un gran esfuerzo para dominarlos, cosa que no sucede ahora que los está aprendiendo en el período sensitivo adecuado.

Fernando Corominas, especialista en el tema, advierte que los períodos sensitivos terminan alrededor de los 20 años y que desde el nacimiento a los 12 años, se desarrollan el 80% de ellos, por tanto, es un tiempo que hay que aprovechar al máximo, sobre todo porque abarca la mayor parte de la educación básica. Conocer los períodos sensitivos no sólo ayudará a los hijos a alcanzar aprendizajes de una forma más sencilla, sino que también le servirá para potenciar mejores comportamientos. 

Por ejemplo, el período sensitivo de nadar, hablar y el del orden, se sitúa de los 12 meses a los 4 años, por ello es interesante que en esta etapa el niño aprenda a ser ordenado ya que, con toda seguridad lo será siempre. Lo mismo ocurre con la actividad de nadar o el de hablar varios idiomas, que si se trabajara a tiempo, nuestros niños serían bilingües sin ninguna dificultad. 

El período de mantener el equilibrio es de los 3  a los 5 años, etapa en la que podemos enseñarlos a patinar, esquiar o montar en bicicleta. El de la música aparece desde el periodo de gestación hasta los 3 años, por tanto es cuando se puede educar la inteligencia musical del niño. 

El período sensitivo de leer, escribir y el del cálculo mental aparece de los 3 a los 7 años, así que posponerlo hará que se le dificulte mucho más. Anteriormente se desperdiciaba esta etapa al iniciar con la lectura entre los 6 y 7 años.

El niño aprende con facilidad, naturalidad y agrado en la etapa de 1 a 6 años porque es cuando tiene una mayor plasticidad neurológica y psicológica, y por consiguiente un mayor potencial de aprendizaje, tanto físico-orgánico como moral-intelectual. 

Los especialistas mencionan que, mientras el adulto adquiere un hábito en tres años, un niño lo hace en tres meses. De manera que, sabiendo esto, habría que capitalizarlo en temas como los idiomas, la música o los buenos hábitos, durante los tres años de educación infantil. 

Es interesante conocer también que existen períodos sensitivos en los que determinadas actitudes son más fáciles de desarrollar, como por ejemplo: la obediencia, generosidad, laboriosidad o la responsabilidad y el desarrollo moral básico, que abarca de los 7 a los 14 años. Por otro lado, la solidaridad y justicia social, el altruismo o la amistad tienen su período sensitivo de los 14 a los 20 años.  

Si se incidiera en la formación de estos valores durante esos años, tendríamos jóvenes que adquirirían una mayor sensibilidad y empatía hacia los demás y es posible que se redujeran significativamente los problemas relacionados con la violencia, o el bullying en las escuelas y que se lograra una mejor convivencia entre ellos.

Educar, atendiendo los períodos sensitivos del desarrollo, significa que se aprovecha esa etapa de la vida para que algunos aprendizajes le sean más fáciles de adquirir, además de potenciar las facultades del niño y el joven

Es verdad que el ser humano puede aprender todo lo que se proponga y puede hacerlo a lo largo de su vida, pero hacerlo durante los períodos sensitivos puede proporcionarle unas bases sólidas que le servirán para apoyar el esfuerzo que supone, tanto el aprendizaje de nuevos conocimientos, como la adquisición de hábitos y valores. Petra Llamas 

Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 22 de febrero del 2013. 
Bibliografía:
“Educar Hoy”,  Fernando Corominas.  Editorial Minos
“Diamantes por pulir: El arte de educar de 7 a 12 años” de Ricardo Regidor Sánchez. Editorial Palabra

Twitter: @PetraLlamas 

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