Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia


El pasado 12 de febrero del 2013, el presidente de la república Enrique Peña Nieto, dio a conocer en Aguascalientes el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, instruyendo a nueve secretarías a trabajar coordinadas para atender de manera prioritaria las causas estructurales de la violencia y la delincuencia. Las secretarías en cuestión son:

Gobernación, Desarrollo Social, Salud,

Economía, Trabajo y Previsión Social, Comunicaciones y Transportes, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Educación Pública. 

Para este Programa se ha asignado un presupuesto de 118 mil 818 millones de pesos para los 251 municipios más vulnerables.

En el caso de la SEP destacó la necesidad de la enseñanza de los valores cívicos y éticos y con ello lograr la formación de una ciudadanía responsable y solidaria con su comunidad; ampliar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo de 6000, que existen actualmente, a 40,000 a lo largo de su gobierno, con la idea de que al pasar más tiempo en la escuela lo aprovechen académicamente y tengan una mejor alimentación; también se habla de favorecer el acceso de los jóvenes a bachillerato y universidad y fortalecer la promoción de la cultura y el deporte escolar.


Hay que reconocer que este programa tiene un objetivo muy sensato y prudente porque habla de “Disminuir los factores de riesgo y revertir las condiciones sociales, económicas y culturales que propician la violencia y el delito”, por lo que no existe el compromiso inalcanzable de erradicar, sino simplemente disminuir y es que un programa de prevención del delito no tiene resultados inmediatos ni espectaculares, de manera que el hecho de reducir los factores de riesgo que lo favorecen se convierte en un buen propósito. Por otro lado, es loable que se trate de una tarea de equipo, con un enfoque integral y que se dirija a esos municipios que con más urgencia lo necesitan.

La estrategia del Plan Nacional de Prevención del Delito, tiene cuatro ejes principales: 
1. La prevención de la violencia en el ámbito escolar. Evitar el bullying. 
2. Prevención de adicciones. Evitar primer contacto con sustancias nocivas para la salud. 
3. Prevención de la violencia familiar. Crear armonía familiar. 
4. Detección temprana de problemas conductuales.

Sin embargo, a pesar de que el presidente, mencionó que se trata de “una visión de estado que pone al ciudadano y a su familia en el centro de las decisiones de las políticas en materia de seguridad”; me pareció que el eje relativo a la familia está muy general. La familia es la parte más importante con la que se debe contar a la hora de recomponer el tejido social. Cuidarla, apoyarla y respetarla proporcionará resultados muy positivos. Si las familias están bien, la sociedad también lo estará.

Una de las acciones que se contempla, como parte de ese apoyo a la familia, es el de ampliar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo, que está diseñado para el fortalecimiento de los aprendizajes de los niños; proporcionar alimentación nutritiva; favorecer la práctica del deporte; el deleite por la cultura y las artes; el habilitarlos para el uso de las TIC´s; y el aprendizaje de un segundo idioma. 

Pero esto no servirá de mucho si el niño regresa a un hogar destruido, que será caldo de cultivo para encaminarlo al delito. Por lo mismo, hay que diseñar programas muy precisos y dirigidos exclusivamente a las familias, que sirvan para contrarrestar los factores que inciden en su descomposición.


Este programa también se tiene que ligar necesariamente al trabajo, porque los padres pasan la mayor parte del tiempo en él y esa dedicación exclusiva sólo le favorece a la empresa, que ve al trabajador como individuo desvinculado del núcleo familiar, por tanto será muy difícil que permita horarios flexibles, permisos especiales para que atiendan a sus hijos y otras muchas prestaciones laborales que beneficiarían enormemente al trabajador y a su familia

Hay indicadores precisos, con certificación incluida en “Empresas socialmente responsables” o “Empresas familiarmente responsables” que algunas han decidido adoptar de manera voluntaria y por el bien de la sociedad, y que seguramente tienen mucho que decir de los buenos resultados y del buen ambiente laboral que provocan; lamentablemente la gran mayoría de las empresas aún no lo están.


El programa debe contemplar además un compromiso con los medios de comunicación para que cuiden su programación en determinados horarios, ya que actualmente están dedicados a hacer apología del crimen, además de proyectar una imagen de la familia bastante negativa. Exhiben programas nacionales y extranjeros donde los conflictos sólo se solucionan mediante las armas y el asesinato. 

De nada sirven las campañas en contra de la violencia o a favor de los valores si éstas las difunden a través de los medios de comunicación y en el intermedio de un programa lleno de violencia. Por tanto, creo que es muy importante contar con la alianza de los medios en este gran proyecto, porque de otro modo unos construirán y otros destruirán.


Definitivamente es de celebrarse que exista un Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, ahora hace falta instrumentarlo y sobre todo complementarlo con un sistema de evaluación que le dé seguimiento y, en caso necesario, ajustando, sin perder de vista el objetivo de disminuir los factores de riesgo que propician la violencia y el delito, para que finalmente se logre ese México que todos deseamos, un México en paz. Petra Llamas 

Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 15 de febrero del 2013. 


Twitter: @PetraLlamas

Youtube: https://www.youtube.com/channel/UC9aYpMfchINwkzJpozbgE_g/videos



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