El futuro del país



¿Quiere ver el futuro del país? me dice el taxista. Entre a cualquiera de estos bares del Centro” Jorge Pedro Uribe Llamas @JorgePedro

Cuando leí esta frase en twitter pensé de inmediato en esos “filósofos” de bar que discuten sobre los problemas del mundo, dando soluciones entre copa y copa, hasta que el alcohol ya no los deja pensar y acaban diciendo cosas sin sentido.

Sin embargo, cuando la volví a leer me di cuenta que en realidad el taxista, que sí era un auténtico filósofo y bastante sabio, tal vez aludía al empobrecimiento de la gente que mata sus neuronas embriagándosedrogándose o ambas cosas al mismo tiempo y que lamentablemente cada vez es más frecuente entre los jóvenes.

Casualmente en estos días tuve la oportunidad de ir a una fiesta de boda, así que cuando leí el comentario del taxista no pude evitar asociarlo a lo que viví y es por ello que tuvo tanto significado para mí. En esa fiesta, aún no era demasiado tarde y muchas de las amigas de la novia ya estaban borrachas vomitaban en el baño para luego quedar tiradas en los sillones del mismo, cual piltrafas humanas, dando un espectáculo lamentable. No entré al baño de hombres, pero imagino que el espectáculo habrá sido similar, aunque dicen que los hombres aguantan  más el alcohol. Sin embargo, lo más lamentable de todo es el poco respeto que estaban teniendo por su cerebro y por su cuerpo en general.

Allí mismo y con el espectáculo de las consecuencias del alcohol, una chica que no tendría ni 18 años me explicaba que ella bebía, pero no se le subía porque también tomaba mucha agua. Otra la contradecía opinando que era mejor comer y así el alcohol no tendría el mismo efecto. Una tercera intervino diciendo que el problema era mezclar muchas clases de bebidas alcohólicas. Yo alucinaba escuchándolas. Hablaban y hablaban contando sus experiencias exitosas sobre el manejo del alcohol y todos los trucos al respecto, pero ninguna intervino para explicar que la mejor manera de evitar la borrachera era beber sin abusar, para que así pudieran disfrutar la fiesta con los cinco sentidos. 

No era la primera vez que veía esto y no es mi intención dar un discurso moralista acerca del comportamiento de estos chicos, como tampoco lo es emitir un juicio de valor sobre la educación y el ejemplo que les habrán dado sus padres, porque a cierta edad los hijos ya tienen otras influencias.

Mi preocupación en este caso era, como dije antes, el poco respeto que manifestaban por su persona y por un cuerpo que los acompañará el resto de sus vidas y en el caso de las mujeres la gravedad aumentaba porque algún día querrán tener hijos y con estos excesos no se estaban preparando demasiado bien.

Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta” dijo sabiamente, Aristóteles.

Si el futuro del país son los jóvenes, creo que la sociedad no está haciendo nada por cuidarlo. La educación es cada vez más ligth y menos reflexiva. Se enfoca más en prepararlos para el trabajo que en hacerlos pensar. Tampoco hace nada por desarrollar su fuerza de voluntad. Los contenidos de la TV los mantiene atontados entre futbol, telenovelas y programas que en nada desarrollan su intelecto

Por otro lado, cada vez se promueve más la educación superior pero no se crean puestos de trabajo para ellos y el poco que existe los explota con un sueldo de miseria. El alcohol y las drogas están a su alcance sin ninguna dificultad, envenenando su mente y su cuerpo y las nuevas tecnologías son utilizadas en mayor medida para las redes sociales, que poco aportan a su formación. Según Blasco Ibáñez, escritor y periodista español:

La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo, de los excesos superfluos

Lo malo es que los excesos de los jóvenes actualmente no parecen ser tan superfluos.

Quiero pensar que esos espectáculos, por exceso de alcohol, que me ha tocado ver últimamente son excepciones y que la gran mayoría de los jóvenes de nuestro país se divierten con responsabilidad, estudian, se esfuerzan y se preparan a conciencia para tomar las riendas del desarrollo. Quiero creer que, a pesar de la educación tan pobre y el contexto caótico en el que les ha tocado vivir, usarán la fuerza que les da su juventud para cambiar el mundo y mejorarlo. De no ser así, el futuro del país y del mundo estará en problemas. 

Es curioso que exista una gran difusión alrededor del cuidado que debemos tener por el medio ambiente e inclusive nos asustan con el cambio climático provocado por el daño que el hombre le está haciendo al planeta; pero no veo la más mínima movilización ni señal de alarma acerca del daño que la deficiente educación, la desintegración familiar, la pobreza, el crimen organizado, el alcohol y la droga están causando en nuestros jóvenes.

Empiezo a creer que el mundo no se acabará por un cataclismo, una guerra nuclear o por no cuidar el medio ambiente, lo más probable es que se acabe porque los seres humanos no fueron capaces de respetarse a sí mismos y convirtieron su cuerpo y su mente en un cascarón vacío.

Así que, si no somos capaces de educar a nuestros jóvenes para que aprendan a cuidarse, ya podemos imaginarnos cuál será el futuro de nuestro país. 

Cuando la juventud pierde el entusiasmo, el mundo entero se estremece”.  Georges Bernanos, escritor francés. Petra Llamas 

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Publicado en La Jornada de Aguascalientes el  5 de septiembre del 2014. 




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