“¿Pero quién habitará en esos mundos si están habitados?...¿Somos
nosotros o ellos los Señores del mundo?...¿Y cómo, entonces, están todas las
cosas hechas para el hombre? Johannes Kepler
Con esta cita del astrónomo
alemán, Johannes Kepler, inicia el
libro de H.G. Wells: ”La
guerra de los mundos” (1898) y todos los que lo han leído saben que trata
de una invasión de alienígenas a la Tierra, mismos que finalmente fueron abatidos por organismos tan insignificantes y microscópicos como virus y bacterias terrestres.
No he podido evitar pensar en
esta obra a la luz de los acontecimientos provocados por un organismo
microscópico llamado Coronavirus (COVID19) “¿Somos nosotros o ellos los señores del mundo?” y tal parece que
son ellos, estos seres microscópicos,
los más fuertes, los que pueden poner en jaque
a los seres humanos y dominar el mundo, al menos por el
momento.
Las leyendas urbanas están a
la orden del día, cuentan que el COVID19
es en realidad un virus manipulado por el hombre, con ADN de
diferentes enfermedades, que se hizo
pensando en matar a la gente mayor y
a los que tienen enfermedades crónicas,
ya que la economía de los países
ricos no puede seguir soportando tantos gastos
en atención sanitaria, ni tantas pensiones.
Se cuenta también que fue elaborado teniendo cuidado de que no dañara a los niños y de que no fuera tan fuerte como para derrotar a la mayoría de jóvenes y adultos.
Las teorías conspiratorias
están a la orden del día. Se habla también que este virus fue creado para acabar con la economía de los chinos y de los países desarrollados y que finalmente se les salió de control. Seguramente habrá otras muchas y es posible que
no anden tan desencaminadas, pero
eso nunca lo sabremos y es que, como dijo Maquiavelo
en su momento, “La política no tiene relación con la moral”. Lo que sí sabemos
es que este virus está poniendo a prueba a la gente de países que parecían tenerlo todo -aunque ya está invadiendo también
países menos afortunados-.
Ese microscópico elemento ha vaciado
las ciudades de personas, encerrándolas
en sus casas, sometiéndolas a pruebas para las que no estaban preparados y enfrentándolos a circunstancia que, en muchos casos, ya
habían olvidado y, aunque parezca un
cliché, esta crisis está sacando lo mejor y lo peor de la humanidad.
“Paren el mundo que me quiero
bajar” nos dijo Quino en voz
de Mafalda y un virus paró el mundo. Tanta
prisa, tanto trabajo, tanto ajetreo, tantos
planes y al final todo resultó prescindible y tuvieron que volver al
origen, a su familia, a su casa, con
sus cosas, sin nada ni nadie más. ¿Qué se hace cuando no hay mucho que hacer?
¿Dónde quedaron las agendas repletas
de actividades, que no dejaban tiempo para nada? ¿Qué hacer solos o con una familia a la que únicamente se veía a ratos? ¿Cómo entretener a los niños si esa tarea se la habían dejado a los maestros y la escuela? El
mundo paró y ahora ya no están tan seguros de querer bajarse, pero tampoco saben qué hacer con esa inmovilidad.
La cultura postmoderna nos
trajo la filosofía del hedonismo, poniendo el placer por delante y la felicidad como el fin último de
cualquier actividad, incluida la educación,
como si la felicidad pudiera ser
atrapada por siempre. El egoísmo campeó a sus anchas y el “yo, mí, me, conmigo” fueron las palabras más usadas. De nada sirvió el culto al cuerpo y la egolatría que acompañaba a dicha filosofía, puesto que un simple microorganismo derrumbó el egocentrismo en que se vivía y obligó a
todos a mirar al otro y los pronombres cambiaron ahora “tú, ti, te, contigo” son los que más
pegan con esta crisis de salud.
Supimos de historias de heroísmo
entre el personal sanitario, que de
por sí son gente orientada al servicio; de vecinos altruistas, de jóvenes generosos,
de personas que empatizan con la
situación de sus congéneres y que
están dispuestos a ayudar, por el
solo hecho de hacerlo. Así, por ejemplo, hay una serie de mensajes que circulan por los muros de Facebook, que se han estado replicando con rapidez y que dicen lo
siguiente:
“Mientras estamos en “Escuela en
casa”, si necesitas ayuda sobre algo que le hayan encargado a tu hijo o
apoyo para implementar actividades educativas en el hogar, contáctame y sin
ningún tipo de costo te apoyo. Soy maestra
y con mucho gusto resolveré tus dudas a distancia. ¡Vamos a salir de esto! ¡Mejor juntos!. Además tengo excelentes
amigos maestros a los cuales les
puedo preguntar en caso de no saber algo. Hare lo mejor que pueda para ayudar a quien lo necesite. Invito a
mis colegas, conocidos y amigos docentes
se unan”
Ahora que el virus se ensaña sin piedad en algunos países y sigue extendiendo
su fuerza hacia otros, los hombres se han dado cuenta de lo mucho
que se necesitan y de lo mucho que dependen unos de otros. “De
la conducta de cada uno depende el destino de todos” decía Alejandro
Magno y en este caso concreto la mejor conducta es cuidarse y aislarse,
para cuidar de otros.
Aunque sigue habiendo desesperación, tristeza y dolor,
también hay lecciones heroicas, solidaridad y esperanza.
Los hombres buenos sacan la casta en
situaciones límites.
¿Somos nosotros o ellos los
Señores del mundo? ¡Somos
nosotros!...sin duda. Petra Llamas
Twiter: @PetraLlamas
Correo: petrallamasgarcia@gmail.com
youtube: https://www.youtube.com/c/ReflexionesdelaMaestraPetraLlamas
Publicado en La Jornada Aguascalientes el viernes 20 de marzo del 2020
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