O se aprende educación en la propia casa o el mundo la enseña con el
látigo, y nos pueden hacer mucho daño”. Francis Scott Fitzgeral.
Hace algunos años asistí a un taller
para desarrollar en los alumnos el espíritu crítico y enseñarles a gestionar su
conducta frente a la gran influencia que tienen los medios de comunicación y
ahora también las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC).
El experimento no dejaba de ser simpático y divertido y eso lo hacía muy atractivo. La idea
era reducir al absurdo aquello que nos presentan los medios, porque es una de las formas de desarrollar el pensamiento crítico y cuyo objetivo es el de convertir a los
espectadores en individuos capaces de detectar esa manipulación que tantas regalías les proporciona en el mundo
de la publicidad o el de la política.
La dinámica consistió
en analizar ciertos cuentos tradicionales y ver las incongruencias que
contienen. Uno de ellos era el de “Caperucita
roja”. Conforme íbamos leyéndolo teníamos que analizarlo y detectar esas inconsistencias. Por ejemplo:
la irresponsabilidad de la mamá de Caperucita que
mandaba a su hija a ver a la abuela,
teniendo que atravesar un bosque con
mil peligros, incluido el lobo. Otro absurdo era la canastita con víveres
que le enviaban a la abuela y que básicamente consistía en miel y pastel, con lo que los niveles
de glucosa de la anciana seguramente subirían hasta las nubes. También analizamos el hecho de que esa mamá
irresponsable tuviera a la abuela en medio del bosque, viviendo
sola y sin ningún medio para pedir ayuda en caso de necesitarla, con razón se
la comió el lobo.
Es decir, cada parte de la historia era
examinada para convertirla en ideas ilógicas e irrisorias. Por supuesto que el
experimento estaba destinado a los maestros, ya que no se pretendía con él que
los niños perdieran la
ilusión ante una narración que hacía apología de la importancia de la obediencia.
Este mismo experimento habría que llevarlo a programas como las telenovelas, que de por sí ya son
absurdas en sus temáticas, pero que al resaltarlo ayudaba a los alumnos a verlas con un espíritu
crítico para que finalmente se puedan convertir en espectadores críticos. Otros programas criticables
podrían ser los noticieros y su sesgo descarado hacia determinadas noticias que
opacan las que realmente tenían Según Fernando Pessoa:
“La función última
de la crítica es que satisfaga el objetivo natural de desdeñar lo que conviene
a la buena higiene del espíritu”.
Es evidente que en la actualidad,
la educación informal está
causando estragos en la formal y en la no formal ya que su influencia tiene
tanto peso que, si no se actúa con inteligencia, no tardaremos en ver aumentada
la masa de gente que no piensa, ni analiza y que se deja llevar por todo lo que
oye, lo que ve o lo que lee en cualquiera de los muchos medios de comunicación
que nos bombardean día a día, incluida la internet.
Es importante aclarar que en educación se distinguen tres tipos: la formal, la no formal y la informal.
La
educación formal es aquella que se lleva a cabo
en una institución educativa, de manera estructurada, con un currículum establecido por el
Estado, sobre todo en la obligatoria; con planeación, objetivos y evaluaciones
y que requiere además disciplina, esfuerzo y trabajo; para finalmente poder
certificar cada uno de los niveles que la componen. Es una educación que pretende transmitir
conocimientos pero también habilidades, actitudes y valores y está plasmada en todas las
constituciones del mundo.
La educación no
formal es también estructurada pero que no se da necesariamente
en una institución educativa. Estamos hablando de cursos extracurriculares, bien sean de idiomas, deportes o cualquier tipo de
capacitación. Algunos especialistas consideran que la educación formal no puede
abarcar los cambios que se están produciendo en la sociedad actual y es
entonces cuando la no formal entra en acción para complementar y actualizar
esos aprendizajes.
La
educación informal es la que proporciona el ambiente y se da a
lo largo de toda la vida. No está estructura ni es sistemática o intencional,
pero tiene un gran peso, sobre todo dentro del hogar. Sin embargo las familias están perdiendo esa
influencia por circunstancias laborales o de desintegración, con lo que le
dejan a los amigos o a los medios la tarea de “educar” y no siempre en valores o actitudes deseables. Es curioso
que los medios critiquen
constantemente el bajo desempeño de la educación
formal y lo hacen sin sentirse responsables del daño que ellos
mismos también están ocasionando
Lo ideal sería que los tres tipos
de educación pudieran
coexistir de una manera congruente para que, no sólo fueran complementarias
sino que una de ellas no destruyera a las otras, como está ocurriendo con la educación informal y la fuerte influencia que
tiene.
Es como si el papel de educar, que desgraciadamente ya no lo tiene la familia, le correspondiera única y exclusivamente a las instituciones educativas, olvidando que la educación es una tarea que le compete a toda la sociedad en su conjunto, pero sobre todo a los que más influencia tienen en ella. Petra Llamas
Agrego este tuit de @PsicEduM que me parece un buen ejemplo de lo absurdas que se han vuelto las sugerencias de los "expetos" de cómo debe ser la escuela del siglo XXI:
“He programado el horario de la Escuela del siglo XXI. Incluye todas las peticiones y ocurrencias de gurús, políticos, banqueros e influencers sobre las asignaturas que deberíamos impartir en los centros educativos”
Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 11 de octubre del 2013.
Twitter: @PetraLlamas
Mail: petrallamasgarcia@gmail.com
Youtube:https://www.youtube.com/channel/UC9aYpMfchINwkzJpozbgE_g/videos?disable_polymer=1
4 Comentarios
Saludos Maestra Petra LLamas este artículo me hizo reflexionar acerca que para incentivar el sentido critico se pueden utilizar textos sencillos y que lo crítico lo brinda el sentido que le pongamos. Gracias Maestra
ResponderEliminarAgradezco y valoro su comentario, sencillo y profundo. Saludos cordiales
EliminarMuy de acuerdo con su análisis, debemos ser críticos, primero analizar primero nosotros, en cuanto a la educación formal, no formal e informal, se lo debe manejar de una manera integral, todos son importantes para una verdadera educación, para vivirla.
ResponderEliminarEfectivamente, Jacob Aguinda Washicta, todas son importantes y hay que verlas de manera integral, pero en este caso quise incidir sobre la informal y el peso que tiene en la educación. Le agradezco que lea mis artículos y se tome la molestia de escribir un comentario. Le mando saludos cordiales
ResponderEliminarGracias por tus comentarios