“En el siglo XXI la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él.” Jacques Delors
El
informe titulado, “La educación encierra un tesoro” (1966) fue elaborado por una
comisión internacional dirigida por Jacques
Delors, para entregar a la UNESCO.
Este documento causó un gran impacto
en el mundo de la educación, aunque
fue el capítulo cuatro, titulado “Los
cuatro pilares de la Educación” el que se llevó toda la atención.
Los
cuatro pilares en cuestión son: “aprender a conocer”; “aprender a hacer”; “aprender
a vivir juntos” y “aprender a ser”.
El documento también alude a la necesidad de estudiar durante toda la vida, porque ya no serán suficientes los aprendizajes básicos, por muy sólidos
que hayan sido, por tanto, en el rubro del conocer
también incluye el de “aprender a aprender”, así que en
realidad podemos hablar de cinco
pilares.
En
lo personal prefiero llamarlos, como el propio documento lo menciona, cuatro aprendizajes fundamentales, cuatro
vías del saber o cuatro pilares del conocimiento, que es una definición
mucho más adecuada que la de llamarla pilares de la educación.
Los pilares de la
educación han sido
siempre los mismos, los padres o
tutores, los maestros, la sociedad y el propio educando y son los que sostienen la estructura, así que
si uno de ellos falla, el resto se tambalea y los resultados no son sólidos.
Es
precisamente eso lo que está ocurriendo en este momento. Tan concentrados
estamos en incluir el “aprender a conocer”; “aprender a hacer”; “aprender
a vivir juntos” y “aprender a ser”
en el currículum, que hemos dejado fuera la responsabilidad de los padres,
de la sociedad y la del propio alumno en el hecho educativo, dejándosela toda al maestro
y a las instituciones educativas. Es
por ello que consideré un buen ejercicio analizar y recordar lo que realmente
se postula con estos cuatro saberes,
para que los auténticos pilares no se deslinden de su responsabilidad, sino que se apoyen con estas excelentes propuestas
y fortalezcan la educación.
El “aprender conocer” lo consideran medio y fin. El medio es
conocer el mundo y poder comunicarse y el
fin es el placer de comprender, aprender y descubrir. Es muy interesante la
importancia que le dan a la cultura
general como una forma de apertura a otros lenguajes y conocimientos. En este apartado se incluye el “aprender a aprender” que
supone ejercitar la atención, la
memoria y el pensamiento. Debo aclarar que ha sido muy grato
redescubrir la importancia que le dan a la memoria
y cito textual: “Todos los especialistas coinciden en afirmar la necesidad de entrenar
la memoria desde la infancia y estiman inadecuado suprimir de la práctica
escolar algunos ejercicios tradicionales considerados tediosos”.
En el “aprender a hacer” aclaran que es indisociable del “aprender
a conocer”, aunque está más enfocado a la formación profesional. Es interesante la diferencia que establecen
entre la calificación y la competencia en el trabajo, considerando
esta última como más completa, porque incluye el comportamiento social, el trabajo en equipo, la comunicación y la
capacidad de iniciativa y de asumir riesgos. Se habla de que el futuro estará vinculado a
la adquisición de la cultura científica
sin descuidar las capacidades de
innovación y creación.
En el “aprender a vivir juntos” hacen referencia a que en la
actualidad se privilegia el espíritu de competencia y el logro
individual, por lo que proponen el trabajo con objetivos comunes, libre de prejuicios
y hostilidades, además de una educación con dos orientaciones, el descubrimiento gradual del otro, que
supone también el descubrimiento propio y la
participación en proyectos colaborativos, trabajos solidarios por los desfavorecidos,
además de aprender a resolver conflictos de manera pacífica.
En el “aprender a
ser” se quedan un
poco cortos, para mi gusto, y el concepto es algo pobre. Proponen que hay que ofrecer a niños y jóvenes todas las oportunidades de descubrimiento y experimentación -estética, artística, deportiva,
científica, cultural y social- Recuperar el arte y la poesía en la escuela y proporcionar una educación más cultural que utilitaria, además
de concebirla como un todo.
Ha sido una actividad fascinante la de leer y analizar este capítulo porque he descubierto enfoques que había olvidado y con los que coincido plenamente. Creo que habría que revisar el cómo implementar adecuadamente esos cuatro maravilloso aprendizajes, porque, desde que salieron a la luz, se fueron diluyendo cuestiones esenciales y se han ido creando versiones muy diferentes al texto original.
Hoy día,
la educación se está convirtiendo en
un bien al servicio de la economía,
preparando empleados para el sector productivo, cosa que dista mucho
de ser lo que la comisión y Jacques
Delors pretendían con este documento.
Por
otro lado, si seguimos considerando que “aprender a conocer”; “aprender a hacer”; “aprender
a vivir juntos” y “aprender a ser”
son pilares de la educación,
seguiremos descuidando los verdaderos apoyos sobre los que se sostiene la educación y que son los padres, maestros, sociedad y alumnos y nos enfocaremos
únicamente en adaptar un contenido
de acuerdo a las necesidades del entorno.
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Publicado en La Jornada Aguascalientes el 22 de enero del 2021
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