Cómo sobrellevar la "escuela en casa"


 
“La tecnología por sí misma no es transformativa. Es la escuela, la pedagogía, la que es transformativa” Tanya Byron

El virus, COVID-19 sigue dando lata, ahora está mutando y se ha vuelto más agresivo. Las vacunas no se están aplicando con la rapidez que esperábamos, mientras las muertes aumentan y los contagios también. La pandemia ha impactado negativamente en la economía de todos los países. Los gobiernos se debaten entre mantener los negocios abiertos o cerrar hasta que todo pase, así que en muchas partes se ha optado por una especie de modelo híbrido que abre y cierra de acuerdo a las muertes, contagios u ocupación hospitalaria.

La educación no escapa a esta terrible situación mundial. Todos sabemos que durante este tiempo la calidad académica no está siendo la misma y es un mal generalizado, ningún país puede decir que sus alumnos saldrán bien preparados con las clases a distancia o en línea y no es por falta de voluntad, sino que las circunstancias no son propicias. Teníamos puestas muchas expectativas en las TIC´s para educación, pero nos dimos cuenta de que sólo son una magnífica herramienta de apoyo y que nada es más efectivo que el contacto humano.

Los padres ya se están adaptando un poco más a su rol de maestros, aunque sigue sin gustarles y continúan buscando la fórmula mágica para que sus hijos presten atención a las clases en línea y después realicen las tareas que les encargan. Lo cierto es que no existe una fórmula mágica para conseguir esa atención o la concentración necesaria para realizar los ejercicios, sólo existen ciertos elementos que pueden favorecer el ambiente de estudio y proporcionándoselos tal vez se pueda lograr una mejora en la conducta y el aprendizaje.

Estos elementos son los de siempre y aplican en momentos de crisis y tranquilidad e inician con algo tan básico como la actitud mental. Es imprescindible que los padres hablen con sus hijos y les expliquen la situación de acuerdo a la edad. Los hijos también deben ser escuchados para que puedan expresar lo que piensan o sienten y a qué le temen y tratar de que, de ese diálogo franco entre padres e hijos, surja un pacto de responsabilidad y compromiso.

Otro elemento son las rutinas. De todos es sabido que las rutinas proporcionan una gran seguridad a los niños, por lo que es necesario que sigan las mismas que tenían cuando iban a la escuela, despertarse temprano, asearse, desayunar, ponerse el uniforme y sentarse en el espacio destinado para la “escuela en casa”. Los horarios también deben seguirse rigurosamente, tanto los de las clases en línea o por televisión, como los descansos o el ejercicio físico.

Otro elemento importante es el ambiente de trabajo Reservar un espacio para sus actividades escolares ayudará a los niños a entender que, a pesar de seguir en casa, hay un lugar que representa su escuela y será más fácil que su mente asimile cuándo sea tiempo de estudiar y hacer los ejercicios y cuándo el de terminar dichas actividades. En ese espacio tiene que tener los todos los útiles para evitar que se esté levantando a cada rato. Importante también es evitar ruidos y distractores, ya que el silencio los ayudará a concentrarse mejor.

Algo que tampoco debe faltar en este período singular es la comunicación permanente con sus maestros. El docente siempre será el mejor aliado de los padres, por lo que hay que estar en contacto con ellos y dejarse asesorar, ya que son los expertos y para los hijos son la máxima autoridad en los estudios, por muy preparados que estén los papás. Por supuesto que tampoco puede faltar la comunicación con sus compañeros, resulta muy sano organizarles convivencias virtuales, donde los niños compartan sus emociones y tratar de que estas reuniones tengan un enfoque positivo. Estos sencillos elementos pueden ayudar a que las clases en casa sean una mejor experiencia.  

A pesar de todo, esta oportunidad, que las circunstancias proporcionan a los padres, de convivir más de cerca con sus hijos en los estudios es valiosísima y es tiempo de agradecerla y aprovecharla a máximo. Seguramente no está siendo fácil para nadie y habrá momentos en los que todo fluirá sin complicación y otros llenos de frustración y problemas. Sin embargo, de la actitud de los padres dependerá en gran medida que esta situación sea un calvario o una experiencia de la que todos saldrán enriquecidos y fortalecidos. Hoy, como  nunca hay que ayudar a los hijos a pasar esta etapa con espíritu de superación, buena disposición y alegría.

No obstante, creo necesario recordar a los maestros y padres de familia, que durante muchos años se ha estado ofreciendo una educación light, que no exigía demasiado a nuestros niños, una educación lúdica que suponía poco esfuerzo para ellos. Los padres tampoco permitían que los maestros los presionaran o les pusieran tareas para hacer en casa. Hemos estado tratando a los niños como piezas de porcelana que pueden romperse al menor movimiento y evitamos con esta clase de educación que adquirieran valores tan importantes como la disciplina, resiliencia y una fortaleza que hoy les hubiera venido muy bien y seguramente los padres no estarían sufriendo tanto.

Es indudable que, cuando salgamos de esta pandemia, habrá muchos aprendizajes que recuperar, muchas heridas emocionales que restañar y mucho que analizar y reflexionar sobre el hecho educativo. Petra Llamas

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Publicado en La Jornada Aguascalientes el 5 de febrero del 2021


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