¿Para qué sirve la escuela?



Un concepto moderno de la escuela coloca en la misma categoría el trabajo manual y el trabajo intelectual”. José Carlos Mariátegui (periodista y pensador peruano)

El papel de la escuela siempre ha sido cuestionado, aunque no con la fuerza de ahora. Estos cuestionamientos  sólo han conseguido que la gente dude de su eficacia, mientras observan con impotencia cómo surge una gran cantidad de literatura pedagógica y como miles de especialistas en educación proponen los contenidos y la metodología ideal, amparándose en tópicos tan manidos como las necesidades del siglo XXI, la sociedad del “conocimiento” y las nuevas tecnologías.

Los más perjudicados, con estos cuestionamientos no siempre profundos ni necesarios y con los cambios constantes en el currículum, son los niños, seguidos muy de cerca de maestros padres de familia, aunque el impacto final lo sufre la propia sociedad y a la vista está.

Es tan grave esta situación, que ya va siendo hora de que los principales involucrados en la educación dejen de dar bandazos, buscando la escuela ideal en teorías decimonónicas, disfrazadas de actuales y rescaten esa escuela donde los niños realmente aprendan conocimientos, desarrollen habilidades y adquieran auténticos valores

Hoy día los educadores ya no se atreven a pronunciar palabras como “estudiar” porque se ha convertido en sinónimo de memorizar; tampoco es socialmente aceptado el término de “disciplina escolar” porque eso se traduce en rigor y maltrato y mucho menos se puede hablar de “perseverancia” o “esfuerzo” ya que ello significaría, en la nueva pedagogía, que el niño se ha aburrido en el proceso y por tanto su aprendizaje no fue significativo. Estas y otras palabras se cambian por neologismos o eufemismos so pena de ser tachados de tradicionales, obsoletos y antipedagógicos

Cualquier teoría pedagógica en boga se compara automáticamente con la “educación tradicional” y por supuesto esta última sale perdiendo. Según este razonamiento, todos los que estudiaron antes del siglo XXI con la metodología tradicional, no aprendieron nada porque los obligaron a “memorizar”. Tampoco son innovadores, creativos o emprendedores, no saben trabajar en equipo, resolver problemas o aprender a aprender, puesto que esas son “competencias” de la educación actual. 

Es como si todo el legado cultural científico heredado, se hubiera dado por sí solo, ya que sus autores, al haber tenido “educación tradicional”, no pudieron realizarlo. 

Por si fuera poco, el currículum que ahora se plantea, minimiza los contenidos intelectuales y magnifica los aprendizajes prácticos que tengan “significado” para el alumno. De manera que asignaturas como la filosofía, el arte o la historia pierden importancia en aras de otros más “significativos” como sembrar, cambiar un foco o abrir una cuenta bancaria, por mencionar algunos ejemplos; aunque estos aprendizajes prácticos los puedan adquirir de manera informal en su casa o en la vida diaria.

Es bastante dañino el carácter reduccionista y práctico que está adquiriendo la educación actual, con  ese empeño de buscar teorías que eviten contenidos, esfuerzo o estudio, máxime cuando  nuestros niños saben cada vez menos, se esfuerzan cada vez menos y están más inmaduros e indefensos ante una sociedad competitiva e implacable. Los tiempos han cambiado, es cierto, pero los hábitos debieran ser los mismos, dado que los van a necesitar cuando quieran insertarse en el mundo laboral.

Me queda claro que con esas ideas, la escuela ha perdido totalmente su función y desde ese punto de vista tan superficial, ya no será necesaria ni la institución ni los maestros, puesto que todo lo que se pretenda enseñar, el alumno lo podrá “aprender” igual o mejor frente a una computadora o por su propia cuenta en las calles

Mientras tanto, la sociedad y el mundo laboral llevan su propio ritmo y exigen que las personas, que ocuparán los cada vez más escasos puestos de trabajo, tengan conocimientos de excelencia para poder desempeñarse en dicho puesto sin ningún problema; también querrán que conozcan el significado del esfuerzo y la disciplina, pero sobre todo que hayan adquirido valores tan fundamentales como la honestidad, la laboriosidad, el compañerismo o la lealtad

Sin embargo, tal como están las cosas, esos dos mundos, escuela y sociedad, parecen transitar por caminos separados y sin comunicación posible entre ellos. 
La escuela light difícilmente formará gente fuerte y bien preparada para un mundo que les exigirá tanto.

Al estudiante que nunca se le pide que haga lo que no puede, tampoco hará lo que sí puede” (diría el filósofo inglés del siglo XIX, John Stuart Mill). 

La escuela es el lugar donde los niños van a aprender y reflexionar sobre los conocimientoshabilidades valores que en ella aprendan y, si bien es cierto que pueden aprender muchas otras cosas fuera de ella, no hay que confundir el carácter de ambos aprendizajes, ya que uno será formal y sistemático y el otro completamente informal.  Es además el lugar donde socializa y se relaciona con los demás, con todo lo que ello supone. Es importante pues, replantear la función de la escuela o mejor dicho, recuperarla.

Otra cuestión que debe revisarse a conciencia es qué debe aprender y cómo hacerlo, para que sea un aprendizaje eficaz. 

La UNESCO ha establecido siete dominios básicos: 


1. Bienestar físico. 
2. Social y emocional.
3. La cultura y las artes.
4. Alfabetismo y comunicación.
5. Perspectivas de lectura y cognición.
6. Conocimientos básicos de aritmética y matemáticas.
7. Ciencia y Tecnología.


Ahora hace falta ver si los llevan a cabo con un trabajo que combine adecuadamente la motivación y actividades lúdicas, con el ejercicio de hábitos como el esfuerzo, la perseverancia, la disciplina o la exigencia. 


 “Una escuela es una fragua de espíritus” José Martí (Político y escritor cubano)

Justamente de eso se trata, de que la escuela recupere la función de formar personas preparadas, pensantes y con valores, porque en la medida que lo logre, se verá reflejada en una mejor sociedad. Petra Llamas 

Twiter@PetraLlamas

Correo: petrallamasgarcia@gmail.com

youtubehttps://www.youtube.com/c/ReflexionesdelaMaestraPetraLlamas

Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 22 de Agosto del 2014 




9 Comentarios

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo, Rocío. Saludos cordiales

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  2. GRACIAS PORQUE LA ESCUELA SIGNIFICA UN DESARROLLO SOCIAL

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  3. Petra, coincido con lo que escribes en formar mejores seres humanos. Un abrazo fuerte. Conchita.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Concepción. Un saludo cordial

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  4. Excelente reflexión. Que hayan pasado 9 años sólo han conseguido darte aún más la razón. Vamos hacia un desmantelamiento de la escuela, o al menos su transformación en algo muy diferente (aunque dudo que deseable), cambiando conocimientos supuestamente "poco útiles" o poco "significativos" por supuestas "competencias" que ayudarán mejor a que el alumnado se adapte al mundo. Sospecho que en todo caso sirven para que se adapte a un trabajo precario sin protestar demasiado.

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    1. Muchas gracias, coincido plenamente con tu inteligente mensaje. Saludos cordiales

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Gracias por tus comentarios